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Fuerte de Jaffna

Descripción

El Fuerte de Jaffna, construido por los portugueses, se erige como uno de los edificios más queridos de Sri Lanka para ver las batallas más importantes. Durante la guerra civil de 25 años en Sri Lanka, el fuerte de Jaffna fue atacado, disparado y destruido en algunas partes varias veces. El primer encuentro que vio fue en 1658, cuando los holandeses invadieron el fuerte y lo capturaron. Este fuerte ha visto tanto desorden y tiene tantas novelas por determinar. La iglesia de Kruys fue establecida dentro del fuerte por los holandeses en 1706, y sobrevivió hasta la década de 1990. Actualmente, el gobierno holandés está invirtiendo en restaurar esta iglesia a su brillo anterior.

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Contrariamente a la creencia popular, la herencia histórica de Jaffna se extiende más allá de la cultura hindú-tamil. La evidencia arqueológica sugiere que el budismo también se había extendido a la región en la antigüedad. Si bien Jaffna encarna predominantemente las tradiciones hindúes en la actualidad, su pasado da testimonio de la coexistencia de múltiples influencias culturales y religiosas.

Con la caída del reino de Polonnaruwa en el siglo XIII, Jaffna se convirtió en una entidad política distinta. Conocida como Nagadipa, la península de Jaffna se convirtió en un centro de control crítico a lo largo de la ruta comercial que conecta India y Sri Lanka. Esta ventaja estratégica permitió que Jaffna se estableciera como un estado independiente, un legado que continúa dando forma a su panorama político.

El Fuerte de Jaffna, uno de los fuertes holandeses más grandes de Sri Lanka, es un testimonio de la importancia histórica de la región. A pesar de soportar los impactos de un conflicto armado de 30 años, el fuerte no ha sufrido una gran destrucción. Aunque una sección de su muralla junto al mar fue víctima de continuos ataques de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), la estructura general permanece intacta. El fuerte está rodeado por un foso exterior y una muralla exterior, que presenta cinco túneles de formación gemela que, aunque carecen de puertas en la actualidad, dan testimonio de su existencia pasada.

Desafortunadamente, a los monumentos dentro del Fuerte de Jaffna no les ha ido tan bien como al propio fuerte. Los estragos del conflicto han llevado a la destrucción de varias estructuras. Sin embargo, entre los restos, el Palacio de la Reina se destaca como un monumento relativamente conservado, aunque en deterioro gradual debido a las plantas invasoras que han echado raíces dentro de sus paredes restantes.

Un parapeto corto acompaña al Palacio de la Reina, mostrando elementos arquitectónicos holandeses. Curiosamente, antes del palacio existía una galería con dos estanques, siguiendo el estilo holandés. Esta área probablemente sirvió como espacio para que los holandeses transportaran armas a la muralla. La conservación del parapeto frente al Palacio de la Reina es un testimonio de la grandeza arquitectónica del pasado.

En medio de la destrucción de muchas estructuras dentro del fuerte, el Palacio de la Reina conservó una conservación significativa. Aunque su superestructura está destruida, los muros restantes ofrecen información valiosa sobre su patrimonio arquitectónico.

Los edificios construidos durante las ocupaciones portuguesa, holandesa y británica de la isla muestran distintas características arquitectónicas representativas de sus respectivos períodos. El Palacio de la Reina no es una excepción, ya que muestra elementos que se alinean con la época del dominio holandés.

Junto al Palacio de la Reina, una veranda con dos estanques alguna vez embelleció el área. Esta adición arquitectónica ejemplifica la fusión del diseño holandés con la belleza natural de Jaffna. Sin embargo, estos elementos ya no existen debido al paso del tiempo, dejando solo rastros de su antigua presencia.

Desafortunadamente, la iglesia holandesa dentro del fuerte sufrió graves daños y fue destruida durante el conflicto. No obstante, la documentación detallada de la iglesia nos permite reconstruir su antiguo trazado y apreciar su significado histórico. Los amplios muros de la iglesia, construidos con piedra caliza, son un testimonio de la destreza arquitectónica de los holandeses.

Otros edificios, como la antigua prisión, el hospital y las estructuras auxiliares dentro del fuerte, también sufrieron grandes daños y destrucción. El Campanario, que recuerda a los encontrados en otros fuertes holandeses, ahora permanece sin sus muros originales.

Además, un templo hindú construido en una fecha posterior se encuentra cerca. Este templo encarna la rica cultura hindú-tamil de Jaffna y tiene un significado cultural y religioso para la comunidad local. Sirve como un recordatorio de la diversidad y armonía que caracteriza a la región.

Con su patrimonio histórico y significado cultural, Jaffna es un tesoro de maravillas arqueológicas. A pesar de que el conflicto de 30 años pasó factura a las estructuras dentro del Fuerte de Jaffna, los restos del pasado aún cautivan la imaginación. El Palacio de la Reina, la iglesia holandesa, el pozo y el templo hindú contribuyen a una narrativa que entrelaza el esplendor arquitectónico con la diversidad cultural.

A medida que continúan los esfuerzos para preservar y restaurar estos tesoros históricos, Jaffna sigue siendo un testimonio del espíritu perdurable de una comunidad que ha superado las tormentas de la historia. Explorar el fuerte y sus restos ofrece un vistazo al rico tapiz del pasado de Jaffna, consolidando su lugar como parte integral del patrimonio cultural de Sri Lanka.

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