fbpx

La escalera del diablo

Vivir en Sri Lanka me ha dado la oportunidad de explorar algunos de los paisajes más impresionantes de la isla, pero nada se compara con la aventura de recorrer la Escalera del Diablo. Como local, siempre he oído historias sobre este peligroso sendero, conocido por sus empinadas subidas, pronunciadas curvas en zigzag y una impresionante belleza natural. El nombre por sí solo, "La Escalera del Diablo", evoca una sensación de misterio y desafío, y sabía que era algo que tenía que experimentar en primera persona.

Crecí rodeado de la rica belleza natural de Sri Lanka, por lo que siempre he tenido una profunda conexión con la tierra. Las montañas, los bosques y las cascadas han sido mi patio de recreo, pero la Escalera del Diablo siguió siendo un desafío difícil de alcanzar. Se la conoce como uno de los senderos más peligrosos de la isla, y con razón. La caminata de 14 kilómetros no es para los pusilánimes, con sus empinadas pendientes y caminos zigzagueantes. A pesar de las advertencias, estaba ansioso por aceptar este desafío, no solo para poner a prueba mi resistencia, sino para sumergirme en la belleza intacta de uno de los últimos bosques tropicales que quedan en Sri Lanka.

La decisión: ¿cuesta arriba o cuesta abajo?

Una de las primeras decisiones que tuve que tomar fue si empezar la caminata en Ohiya y terminar en Kalupahana, o viceversa. Ambas opciones tienen sus pros y sus contras. Empezar desde Ohiya implica un viaje en bajada, que puede parecer más fácil, pero el pronunciado descenso puede ser duro para las rodillas. Por otro lado, empezar en Kalupahana ofrece una subida desafiante, pero también te da la satisfacción de conquistar el sendero de la manera más exigente. Como alguien que disfruta superando sus límites, elegí empezar en Kalupahana y abrirme camino hacia arriba.

El ascenso: una prueba de resistencia

Desde el principio, el sendero estuvo a la altura de su reputación. El empinado y rocoso camino parecía ascender sin fin, y cada curva en zigzag revelaba otra escalada intimidante. El aire era fresco y la niebla matutina añadía una sensación de misterio al viaje. A pesar de las exigencias físicas, no pude evitar sentirme cautivado por el paisaje que me rodeaba. El sendero serpentea a través de un denso bosque, con árboles centenarios que se elevan sobre mis cabezas y el sonido de cascadas lejanas que resuena en los valles. De vez en cuando, el bosque se abría y ofrecía vistas impresionantes de las montañas y valles circundantes, lo que me recordaba por qué me había embarcado en este viaje en primer lugar.

Cataratas de Bambarakanda: la joya del viaje

El momento culminante de la caminata y la recompensa por mis esfuerzos se produjo cuando me acerqué a las cataratas de Bambarakanda. Con 260 metros de altura, es la catarata más alta de Sri Lanka y su belleza es impresionante. Las cataratas se encuentran aproximadamente un kilómetro antes de Kalupahana y, a medida que me acercaba, el sonido del agua corriendo se hacía más fuerte, guiándome hacia uno de los lugares más hermosos de la isla. La vista del agua cayendo en cascada por el acantilado rocoso, con la luz del sol reflejándose en la niebla, fue un momento de pura tranquilidad. Me senté junto a las cataratas durante un rato, disfrutando de la belleza y la paz del lugar. El bosque de pinos circundante contribuía a la atmósfera serena, lo que lo convertía en el lugar perfecto para descansar antes de continuar el viaje.

Los últimos bosques tropicales de Sri Lanka

Uno de los aspectos más destacables de la Escalera del Diablo es que atraviesa algunos de los últimos bosques tropicales que quedan en Sri Lanka. A medida que continuaba mi caminata, el paisaje cambió de los senderos rocosos abiertos a una vegetación densa y exuberante. Estos bosques son un recordatorio de cómo era la isla antes de la llegada de las potencias coloniales y la posterior deforestación para las plantaciones de café y té. Caminar por este antiguo bosque era como retroceder en el tiempo. El aire estaba cargado de olor a tierra y follaje, y los únicos sonidos eran el susurro de las hojas y los lejanos cantos de los pájaros. Era un marcado contraste con los paisajes cultivados que dominan gran parte de la isla hoy en día, y me hizo apreciar la importancia de preservar estos últimos parches restantes de bosque primitivo.

Una sensación de logro

Llegar al final de la Escalera del Diablo fue un momento de triunfo. La caminata había sido físicamente exigente, pero la sensación de logro era incomparable. De pie en la cima, mirando hacia atrás al sendero que acababa de conquistar, sentí una profunda conexión con la tierra. Esto era más que una simple caminata; era un viaje a través de algunas de las partes más hermosas y vírgenes de Sri Lanka. Fue un recordatorio de la belleza natural de la isla y la importancia de preservarla para las generaciones futuras.

Por qué deberías subir la Escalera del Diablo

Para cualquiera que viva en Sri Lanka o esté planeando visitarlo, la Escalera del Diablo es una caminata obligada. Es un sendero desafiante, pero las recompensas son inmensas. Desde las impresionantes vistas hasta la tranquilidad de las cataratas de Bambarakanda, cada parte de este viaje vale la pena. Y para aquellos apasionados por la naturaleza, caminar por este sendero ofrece una oportunidad única de experimentar uno de los últimos bosques tropicales que quedan en la isla.

Reseñas

Opiniones de 0

Enviar una reseña

Enviar respuesta a una reseña

Enviar informe de listado

Esto es privado y no se compartirá con el propietario.

Su informe se envió con éxito

Equipo

 

 / 

Iniciar sesión

Enviar mensaje

Mis favoritos

Formulario de aplicación

Reclamar negocio

Cuota